Tomando su título del poema de Wallace Stevens "13 maneras de mirar un mirlo" se compone de una serie de intentos de mirar y ser mirado. Comenzando como una comisión de la ciudad-estado bajo el nombre y la actitud de Unschool, la película se convirtió en un caleidoscopio de experiencias, preguntas y maravillas de un par de estudiantes de secundaria después de un año de experiencias con la cineasta Ana Vaz cuestionando lo que puede ser el cine. Aquí, la cámara se convierte en un instrumento de investigación, un lápiz, una canción. “La película es una canción que se ve” escribió uno de los alumnos en una constelación colectiva de frases y dibujos realizados durante uno de los talleres. La frase es una descripción perfecta de una película que explora una ecología naciente de los sentidos.